Carmen Frías

Bétera, 1938​ – Madrid, 2019
Montadora

Montadora de cine española que trabajó en más de ochenta películas. Ganó dos premios Goya por El sueño del mono loco y Belle Époque. Fue también candidata por La niña de tus ojos, Calle 54 y El baile de la Victoria, optando en total en cinco ocasiones al Goya al mejor montaje.

A través de su padre, el atrecista republicano Manuel Frías, realizó su primer trabajo como meritoria de montaje con Petra de Nieva y su película Brindis al cielo (1953), de José Buchs. Trabajó después como ayudante de otros montadores en la década de 1950 y de 1960.

Ella siempre mencionaba que su verdadero mentor fue Antonio Isasi-Isasmendi, quien comenzaba el montaje de sus propias películas antes de escribirlas y dirigirlas. Con él adquirió toda la experiencia y tomó como consciencia de ser una buena montadora. En 1971 trabaja en Televisión Española durante un año. Fue despedida tras ser detenida por su pertenencia al Partido Comunista. En tiempos de la Transición retornó a la RTVE donde desarrolló su carrera hasta los años 1980, cuando Fernando Trueba la convenció para que se dedicara al cine en exclusiva.

Desde ese momento, trabajó con cineastas de ambos lados del Atlántico, entre los que destacan Fernando Trueba, Gerardo Herrero, Bigas Luna, Juan Carlos Tabío o Tomás Gutiérrez Alea.

Posee una prolífica carrera cinematográfica con más de 60 títulos. Desde la sala de montaje, ha sido “primera espectadora” de innumerables obras, sabiendo conseguir una escritura de imágenes donde ritmo y emoción se unen para regalo de espectadores, profesionales y aficionados al buen cine.

Aunque su carrera está estrechamente ligada a directores como Fernando Trueba o Gerardo Herrero, muchos realizadores han confiado sus películas al “buen hacer” de Carmen Frías.

Su gran legado recoge títulos tan imprescindibles de nuestro cine como: Los viajes escolares (Jaime Chávarri, 1974),  Sé infiel y no mires con quién (Fernando Trueba, 1985), El año de las luces ( Fernando Trueba,1986), El sueño del mono loco (Fernando Trueba,1989), Cómo ser mujer y no morir en el intento (Ana Belén, 1991), Lo más natural (Josefina Molina, 1991), Belle Époque (Fernando Trueba, 1992), Huevos de oro (Bigas Luna, 1993), La teta y la luna (Bigas Luna, 1994), Malena es un nombre de tango (Gerardo Herrero, 1995), Guantanamera (Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío, 1995), Las cosas del querer II  (Jaime Chávarri, 1995),   Malena es un nombre de tango (Gerardo Herrero, 1996), Territorio Comanche (Gerardo Herrero, 1997), La niña de tus ojos (Fernando Trueba,1998), Calle 54 (Fernando Trueba, 2000), El alquimista impaciente (Patricia Ferreira, 2002), El embrujo de Shanghai (Fernando Trueba, 2002), El misterio Galíndez (Gerardo Herrero, 2003), El milagro de Candeal (Fernando Trueba, 2004),  El principio de Arquímedes (Gerardo Herrero, 2004), Heroína (Gerardo Herrero, 2005), Para que no me olvides (Patricia Ferreira, 2005), o El baile de la Victoria (Fernando Trueba, 2009).

Fue secretaria general del Sindicato de Técnicos Audiovisuales Cinematográficos del Estado Español (TACE) hasta 2008, año en el que decide dedicarse a la docencia.

Es madre de la montadora Berta Frías.

En 2013 fue distinguida, en el marco del Festival Internacional de Cine de Gijón, con el Premio Mujer de Cine, otorgado por la iniciativa Mujeres de Cine.

«La sala de montaje no es un confesionario, sino una sala de intimidad. Ahí se reescribe el guion de la película. Se va viendo cómo queda, cómo va a funcionar ante el público. El director está muy desnudo y se crea una relación muy estrecha. ¿Cuándo la relación funciona bien? Es una cuestión de piel.»